Sunday, November 26, 2006

Te observo allí

Te observo allí
de espaldas sobre la cama
como en un trance de erótico sueño
apenas con tibios movimientos.
Tus perfectos hombros contrastan el blanco fondo
de las sábanas en las que nos amamos
y las suaves hendiduras en tu espalda
marcan líneas y perturban mi interior,
llegando al máximo delirio
en la suave colina que forma tu baja espalda.

Estás allí
con tus perfectas formas bajo la suave luz
que me tientan a rozar los labios
y humedecer tu tersa piel.
Te dibujo con la punta de mis dedos
para palpar como ciego la belleza de tu cuerpo,
cerrando mis ojos y conteniendo el aliento
cuando el deseo me seduce de nuevo.

Aunque no lo diga

Aunque no lo diga, te quiero
con la fuerza del primer momento
que nos dimos aquel beso
entre la arena y la piedra
de aquel castillo que evoca un cuento.
Aunque lo sepas, repito que te adoro
por cada segundo que te veo
y entre sonrisas y abrazos
logras despegarme del suelo,
y sentirme un hombre nuevo.
Aunque parezca que callo, te amo
porque no hay espacio ni dudas
para todo lo que sentimos
pues a veces las palabras sobran
y las miradas lo dicen sin miedo.

Entre tus labios y mis besos

Te siento
en cada parte de mi,
en mi silencio y mi oido,
como si vivieras dentro.
Te siento
en mis poros, en mi piel,
como en la fuerza de un escalofrío,
y en la cal de mis huesos.
Te siento
como parte de mis labios,
que arden cuando te pienso,
y se secan si estás lejos.
Te siento
como tomando mis manos,
como acariciando mis sueños,
que se agitan cuando estás en ellos.
Te siento
aquí y ahora,
sin importar lo que pasa allá afuera,
porque tu abrazo es mi templo.
Te siento
cada vez que te seduzco,
y entre tus labios y mis besos,
sellamos este pacto secreto.

Me provocas

Tu cabello provoca acariciarlo,
tus ojos provoca besarlos,
tu aliento provoca sentirlo,
tus labios provoca morderlos,
tus besos provoca robarlos,
tus sueños provoca saberlos,
tus hombros provoca sujetarlos,
tu cuerpo provoca domarlo,
tu pecho provoca lamerlos,
tu abdomen provoca mecerlo,
tu espalda provoca arañarla,
tu hambre provoca saciarla,
tus piernas provoca tenerlas,
tus nalgas provoca palparlas,
tu culo provoca lamerlo,
tu deseo provoca agitarlo,
tu vientre provoca rasgarlo,
tu sexo provoca comerlo.