Monday, March 26, 2012

Carta a Daniel Zamudio





Hola Daniel

Me permito escribirte porque realmente siento que eres muy cercano, del poco tiempo de conocerte te convertiste en una persona que se ganó todo mi cariño. En este momento quisiera poder hacer algo realmente efectivo por ti, que ayudara a atenuar el dolor, que poco a poco vence tu cuerpo y te separa de nosotros. Siento en ti que revivo momentos muy dolorosos que me han tocado vivir y que me han marcado para siempre. Desearía que no hubieras pasado por esto, pero lamentablemente es tarde ya para eso.

Me desgarró ver esos signos marcados en tu joven piel, ver todas las huellas de esos interminables minutos en los que ingratos desconocidos jugaban con tu vida como si no tuviera ningún valor. Esos minutos que te arrancaron las posibilidades de tu vida llena de planes y de sueños, de terminar tus estudios y de brillar en el mundo de la moda, de esa vida que se suponía sólo tú podrías decidir cómo vivirla.

Cómo puede un ser humano estar tan fuera de sí mismo para dañarte de esa forma? No entiendo hacia donde vamos ni en qué vamos a terminar. Igual esa dura vivencia que sufriste estoy seguro que marcará un quiebre en varias cosas pero por sobre todo en varias personas, como son todos esos anónimos que piensan en ti como si fueras parte de sus familias, esos que ha ido a prender velas en honor a ti, que te mencionan incesantemente en redes sociales y que en varios momentos del día invocan tu nombre y hacen un voto por ti. Confieso que he rezado por ti, tal vez te reirías porque de pronto no soy el mejor en eso pero siento que es una forma de acompañarte. En mis oraciones puedo sentirme contigo.

Es difícil y doloroso pensar que han borrado esa sonrisa fácil en tu rostro, pero a muchos siempre nos acompaña y nos da fortaleza y nos hace pedir que la justicia llegué para ti. Tu dolor no será en vano, eso puedes asegurarlo. Es una pena que hayas tenido que ser tú el martir que abra el camino, pero no dejaremos que tu luz se apague, porque ya vive en muchos de nosotros.

Sólo quiero que la paz esté contigo, que puedas sentirla y vivirla en dónde quiera que eso sea. Prometo no olvidarte.

Un abrazo y un beso

Fab


Daniel Zamudio, un chileno de 24 años, fue atacado brutalmente el 3 de marzo por cuatro sujetos por ser homosexual. Tras el ataque en el que sufrió fractura de pierna por palanca, mutilación de una oreja, marcas de cigarrillos apagados en su cuerpo y esvásticas dibujadas con vidrio; quedó en coma y tras una leve recuperación su cuadro empeoró considerablemente. Al momento de este post los médicos ya perdieron la esperanza por el palpable deterioro de sus funciones vitales, mientras la familia y el resto sólo quisiéramos un milagro.

PD: Daniel falleció el 27 de marzo a las 19.45 hora de Chile.



Friday, February 10, 2012

Nada, sólo vacío


Mi respiración se entrecortó. Un desagradable cosquilleo recorrió mi espalda, que apenas intentó incorporarse en un gesto torpe como para afianzarse en la silla. Solté la hamburguesa mordida a la mitad.

El celular seguía sonando y esos pocos segundos fueron como un suspenso eterno, despiadado. En la pantalla estaba el nombre de Rosanna y yo no necesitaba responder para saber cuáles serían sus palabras.

Atendí e intenté simular una voz calmada. Su tono era tal cual lo había escuchado ya en mis sueños. Apenas como pude me paré de la silla y fui hasta la pared roja al pie de la escalera. Respiré y dejé que hablara.

“Sólo te llamaba para decirte que ya ocurrió”, recuerdo con intensa rabia esa frase. De pronto en un parpadeo mis ojos se humedecieron, pregunté detalles: a qué hora? Cómo había sido? Recuerdo que tenía especial interés por cerciorarme que hubiese estado en paz en ese instante.

Me dijo que sí, me contó que fue junto a su madre y con mucha tranquilidad. En ese momento pensé que valió la pena el sacrificio de la distancia por el amor de una madre. Luego palabras y resignaciones que no recuerdo con claridad. Cerré la llamada y volví a la mesa.

Mi madre me miró y de inmediato se alarmó al ver mi cara. “Ya falleció”, apenas pude decir.

Ella se quebró momentáneamente y yo le seguí. Luego me dijo que estuviera tranquilo. Yo simplemente no podía reaccionar más, no había hambre, ni dolor, ni nada, sólo vacío.

Me quedé ahí mirando hacia fuera en el centro comercial.

Paso a paso

“Lo importante ahora es que te mejores”, le dijo al apretarle en un abrazo que se convirtió de inmediato en un llanto que había estado contenido por demasiado tiempo y ahora se liberaba en un aeropuerto lleno de extraños, bienvenidas y despedidas.

Ese breve instante de lágrimas en medio del silencio de palabras dejó claro como un pacto que aquella era la última vez que se verían, que se abrazaban, que se decían “te amo” mirándose a los ojos.

 Era casi una frustración aquel momento para él, al no saber si realmente le estaba entendiendo, si sus palabras llegaban en verdad a algún espacio de aquella deteriorada memoria de la que paso a paso se fugaban los últimos cinco años.

Unas pocas palabras más de afecto, una promesa que luchaba por no ahogarse entre el incesante mar de lágrimas. “Nos vemos”, fue un decir.

Después, la separación. Caminó dentro del servicio de inmigración en ese serpenteo de cintas que llegan hasta la pantalla que anuncia el próximo por atender, por marcharse.

De ahí, varios saludos y una sonrisa que apenas se asomaba, luego a los detectores y al final, por última vez, levantó su mano para sellar la despedida.

Se dio media vuelta y se marchó definitivamente.

Monday, September 24, 2007

De Maiquetia al MocaLight (EEUU 1)


Inesperadamente me encuentro en Miami. Estoy frente la puerta A7 esperando mi retrasado vuelo a Washington DC (casi dos horas). Llegar hasta acá no fue tan sencillo como parece pero menos problemático de lo que cuentan algunos.
Lo que sí puedo asegurar es que el día ha estado signado por la palabra “cola”. Primero en el stand de AA y en inmigración de Maiquetía, luego en inmigración acá, luego en el chequeo de la conexión. Nada que un Starbucks Moca Light frapuccino grande y un Marble Pound Cake no pueda hacer olvidar.
El momento más estresante fue en inmigración acá. La mala fama ganada me hacía pensar en que posiblemente en este momento, en vez de estar escribiendo, estaría desnudo en pelotas respondiendo preguntas en aduana.
Además con el asunto de la conexión pensé que moriría en el intento y vería mi avión despegar a lo lejos. Tanta fue la carrera por un pasillo interminable cuando llegué de Caracas, que dejé el aliento y hasta unos kilos. Incluso, en medio de la carrera me topé con el pana Juanes (sí, el cantante) y apenas intercambiamos sorpresivos y apurados gestos de saludo, eso sí, él tenía más cara de ladillado que yo jejeje.
Luego, la cola hasta el agente aduanal parecía cada vez caminar más lento, al tiempo que un recuento de mi vida pasaba por mi mente. Mentira. Pero el agente, de cara severa pero de buen trato, me hizo sólo un par de preguntas y selló mi pasaporte.
Esperar equipaje “oootro rato más” para pasar por aduana. El susto vuelve y dije: ahora sí vas a mostrar los interiores, Fab! Pero no, el agente me quitó el formulario, me preguntó cuanto dinero tenía y me mandó “por los puntitos verdes”. Pensé que era una cuña bancaria.
Sonreído de mi airoso resultado, mi felicidad terminó al descubrir que mi vuelo a DC tenía hora de salida menos de 10 minutos después y yo como a 2 kilómetros de la puerta respectiva. Corrí cual película de acción (casi sintiendo un fondo musical de Beastie Boys) sin tener chance de observar las exposiciones fotográficas a lo largo del aeropuerto, hasta llegar al chequeo nuevamente y una cola descomunal. Pero en mi desesperación intenté explicar (él no español, yo machuquing English) y el funcionario se apiadó y me dejaron pasar. Sonreí un breve segundo antes de que otra agente dijera: de todos modos el vuelo se atrasó. Así llegué hasta aquí.
(Me voy a tomar la foto para ponerla también)

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Monday, August 27, 2007

Frase

"Las tres cosas más difíciles en este mundo son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo."
Benjamin Franklin
Filósofo, político y científico estadounidense

Sunday, August 26, 2007

Feliz aniversario!

Una de las escenas más tristes que he visto en la televisión venezolana fue aquella del ciclo de oro de Rómulo Gallegos en "La hora menguada" cuando Marina Baura y Doris Wells al final del unitario y ya viejitas cantaban frente a una torta el "Cumpleños feliz" a su hijo que hacía mucho tiempo ya no aparecía.
La soledad y el desconsuelo de las damas, que se peleaban aún entre ellas por aquel "niño" que ya crecido nunca más volvió, fue un gran impacto para mi y me sirve para saber que es lo que no quiero pasar.
Hoy es mi aniversario. Por algunos cuantos problemas, principalmente de salud, no fue posible conmemorar la fecha como hubiera querido, sin embargo, se hizo lo que se pudo.
Aunque en este momento estoy solo frente al teclado y por momentos llegué a sentirme como aquellas viejitas de Gallegos, sé que la realidad es muy diferente y que las cosas no siempre salen como en los cuentos de hadas ni como uno las desea. El año que viene estoy seguro será mejor de cualquier manera.
Feliz aniversario.

Saturday, August 25, 2007

Vuelvo luego de mucho tiempo

Wow, desde el 26 de noviembre del año pasado no volvía para acá. Extraño momento el de esta noche que me tiene aquí tecleando sin saber exactamente a dónde va este blog.
En un par de horas será 26 de agosto, por cierto un dia feliz para mi historia ya que hice un viaje a Araya que me dejó muchas cosas buenas (casi como la canción decembrina). He tenido un año feliz, en el que sin embargo he tenido que enfrentar angustias, dudas, prejuicios e incertidumbres. Pero me doy cuenta que estos 365 días he sido bien afortunado.
Mis amigos, mis grandes amigos siguen a mi lado, estoy enamorado, mi madre añun está acá.
Hoy estoy triste aunque intento mejorar mi ánimo. Puede que seas tú, el que me lee aquí, quien sepa de como siguen mis días?

Sunday, November 26, 2006

Te observo allí

Te observo allí
de espaldas sobre la cama
como en un trance de erótico sueño
apenas con tibios movimientos.
Tus perfectos hombros contrastan el blanco fondo
de las sábanas en las que nos amamos
y las suaves hendiduras en tu espalda
marcan líneas y perturban mi interior,
llegando al máximo delirio
en la suave colina que forma tu baja espalda.

Estás allí
con tus perfectas formas bajo la suave luz
que me tientan a rozar los labios
y humedecer tu tersa piel.
Te dibujo con la punta de mis dedos
para palpar como ciego la belleza de tu cuerpo,
cerrando mis ojos y conteniendo el aliento
cuando el deseo me seduce de nuevo.

Aunque no lo diga

Aunque no lo diga, te quiero
con la fuerza del primer momento
que nos dimos aquel beso
entre la arena y la piedra
de aquel castillo que evoca un cuento.
Aunque lo sepas, repito que te adoro
por cada segundo que te veo
y entre sonrisas y abrazos
logras despegarme del suelo,
y sentirme un hombre nuevo.
Aunque parezca que callo, te amo
porque no hay espacio ni dudas
para todo lo que sentimos
pues a veces las palabras sobran
y las miradas lo dicen sin miedo.

Entre tus labios y mis besos

Te siento
en cada parte de mi,
en mi silencio y mi oido,
como si vivieras dentro.
Te siento
en mis poros, en mi piel,
como en la fuerza de un escalofrío,
y en la cal de mis huesos.
Te siento
como parte de mis labios,
que arden cuando te pienso,
y se secan si estás lejos.
Te siento
como tomando mis manos,
como acariciando mis sueños,
que se agitan cuando estás en ellos.
Te siento
aquí y ahora,
sin importar lo que pasa allá afuera,
porque tu abrazo es mi templo.
Te siento
cada vez que te seduzco,
y entre tus labios y mis besos,
sellamos este pacto secreto.

Me provocas

Tu cabello provoca acariciarlo,
tus ojos provoca besarlos,
tu aliento provoca sentirlo,
tus labios provoca morderlos,
tus besos provoca robarlos,
tus sueños provoca saberlos,
tus hombros provoca sujetarlos,
tu cuerpo provoca domarlo,
tu pecho provoca lamerlos,
tu abdomen provoca mecerlo,
tu espalda provoca arañarla,
tu hambre provoca saciarla,
tus piernas provoca tenerlas,
tus nalgas provoca palparlas,
tu culo provoca lamerlo,
tu deseo provoca agitarlo,
tu vientre provoca rasgarlo,
tu sexo provoca comerlo.