Tuesday, March 21, 2006

40 horas sin dormir

7.00 am. Apenas intentando superar los smirnoff de ayer, mi madre me llama para cumplir con uno de los deberes más básicos: comprar alimentos. Tras la habitual caminata vuelvo a mi recinto cargado de cosas pero ya sin fuerzas.

9.00 am Salgo a la oficina. Nada previsto para el día pero una que otra historia podría interesarme. Los planes, ir al cine a las 6.00 pm a ver Memorias de un Geisha tras mis pininos laborales.

11.16 am. Llego al gimnasio para intentar evadir el aburrimiento laboral. Primero Karela me hizo recordar que soy un fajado en destrezas aeróbicas hasta quedar casi muerto del ejercicio. Posteriormmente, Daniela también me hace demostrar lo mejor de mi y convencerme cada día que lo mio es el pilates. Tras la jornada de dos horas entro al vapor e intento recobrar fuerzas.

3.00 pm. Embotado de aburrimiento me conectó al MSN y parece buena hora porque justo me topo con Jonatás, quien tras desaparecer el viernes propone resarcirse conmigo y va a buscarme.

6.15 pm. Jon y yo llegamos al San Ignacio. En un ejercicio de buena memoria recordarán que la función de cine era a las 6.00 asi que ya es asunto perdido. Nos unimos a Carlos e intentamos esperar un poco para luego decidir comer sushi, mi debilidad y la de Jon así que nos despachamos algunos rolls.

6.48 pm. Ccs360 hace aparición. Nico informa que hay postre en Kofibuk. Mensajes van y vienen y decido acercarme con los chicos. El sitio cerrado y las cartas bajo la manga me hacen suponer que hay que tomar un plan B. Carlos informa que su grupo se reunirá en otro lado y decidimos ahora sumarnos todos a esa cita.

7.50 pm. Sentados ya e intentando unir dos mesas, conocemos a las nuevas personas (si, como en cualquier primera vez me encantaría recordar sus nombres pero no sucede). Luego se suma Javier, incluso antes de Greg y Nico que buscaban postre. Pasa la noche y llega Juanito. Jorge no recuerdo si habia llegado primero o después. Pasa el tiempo y ante el inminente madrugonazo que significaría ir a encuerarse con Spencer Tunick, Jonatás y yo decidimos pasar de largo la noche. La rumba espera. El viaje en taxi, prefiero eludirlo.

1.46 am. Tras un innombrable espera, finalmente entramos en la disco los tres sobrevivientes. El ambiente cargado y repleto de almas impacientes, del ver y dejarse ver, de viejos encuentros y miradas nuevas. Empiezo a sentirme intranquilo pero la música me logra calmar. Entre el humo, los bailes y los tragos todo empieza a ponerse fuera de su sitio.

4.48 am. Llega el punto de quiebra que sabía iba a suceder. Nada peor que cuando temes que hay algo en ciernes y tus sospechas son ciertas. Decido tajantemente irme a Tunick. El resto es un viaje en taxi lleno de demasiados pensamientos. Llego finalmente al centro y entre el tenebroso y oscuro Nuevo Circo, llegó al set esperado. Respiro e intento pasar el suiche.

5.12 am. Aborto la posibilidad de desnudarme ante amenazas fotográficas. Sin embargo, me quedo viendo la instalación para poder hacer una buena nota de color. Los cuerpos desnudos al verlos me producen menos morbo del que se podría pensar. Me rio y los aplaudo. Me queda la espinita.

8.02 am. Termina el show, asi que me dedico a buscar algunos testimonios e irme a la oficina a escribir. Me siento cansado pero no tengo sueño. Escribo si parar y cuando está listo y enviado siento que son las 2pm pero no, son las 9.42am. Me pongo a oscilar entre papeles, hasta que el derrumbe del viaducto de la Caracas-La Guaira me hace ponerme en acción de nuevo. Uno retazos de una y otra cosa me sirven para armar la cronica de la muerte anunciada.

11.41 am. Decido ir a recostarme, pero apenas pongo la cabeza en el sofá de la sala de Demos, suena el telefono que indica que el Aló Presidente ha iniciado. Mi guardia está ahora más pesada. Entre un aplauso para el viaducto y conocer a Adriana, quien está de fugaz visita antes de irse a Washington, me hacen llegar hasta el final de la tarde.

6.00 pm. Hablo con Jonatas, quien ya está en Maracay y me entero de algunos reveses que sufrió. Lo dejo y me voy a tomar algo relajante para aliviar mi mente. No consigo mucho el efecto y me voy a casa.

9.00 pm. Desperates Housewives me entretiene. Luego, aún sin sueño, me siento frente al computador a buscar algo que hacer y algunos amigos me ayudan a hablar de nada y de todo. A estas horas no sé ya ni como debería sentirme, si molesto, confundido, tranquilo, feliz. Debería sentir tantas cosas pero el cansancio no me deja reaccionar.

11.12 pm. Me pongo a escribir un poema. Reflejo algo que siento, que sentí y que seguiré sintiendo. Al terminarlo, escribo un correo que no puedo dejar hasta mañana. Casi a las 12 decido volver a intentar eso que las personas llaman dormir. Mañana será otro día.

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