Monday, September 24, 2007

De Maiquetia al MocaLight (EEUU 1)


Inesperadamente me encuentro en Miami. Estoy frente la puerta A7 esperando mi retrasado vuelo a Washington DC (casi dos horas). Llegar hasta acá no fue tan sencillo como parece pero menos problemático de lo que cuentan algunos.
Lo que sí puedo asegurar es que el día ha estado signado por la palabra “cola”. Primero en el stand de AA y en inmigración de Maiquetía, luego en inmigración acá, luego en el chequeo de la conexión. Nada que un Starbucks Moca Light frapuccino grande y un Marble Pound Cake no pueda hacer olvidar.
El momento más estresante fue en inmigración acá. La mala fama ganada me hacía pensar en que posiblemente en este momento, en vez de estar escribiendo, estaría desnudo en pelotas respondiendo preguntas en aduana.
Además con el asunto de la conexión pensé que moriría en el intento y vería mi avión despegar a lo lejos. Tanta fue la carrera por un pasillo interminable cuando llegué de Caracas, que dejé el aliento y hasta unos kilos. Incluso, en medio de la carrera me topé con el pana Juanes (sí, el cantante) y apenas intercambiamos sorpresivos y apurados gestos de saludo, eso sí, él tenía más cara de ladillado que yo jejeje.
Luego, la cola hasta el agente aduanal parecía cada vez caminar más lento, al tiempo que un recuento de mi vida pasaba por mi mente. Mentira. Pero el agente, de cara severa pero de buen trato, me hizo sólo un par de preguntas y selló mi pasaporte.
Esperar equipaje “oootro rato más” para pasar por aduana. El susto vuelve y dije: ahora sí vas a mostrar los interiores, Fab! Pero no, el agente me quitó el formulario, me preguntó cuanto dinero tenía y me mandó “por los puntitos verdes”. Pensé que era una cuña bancaria.
Sonreído de mi airoso resultado, mi felicidad terminó al descubrir que mi vuelo a DC tenía hora de salida menos de 10 minutos después y yo como a 2 kilómetros de la puerta respectiva. Corrí cual película de acción (casi sintiendo un fondo musical de Beastie Boys) sin tener chance de observar las exposiciones fotográficas a lo largo del aeropuerto, hasta llegar al chequeo nuevamente y una cola descomunal. Pero en mi desesperación intenté explicar (él no español, yo machuquing English) y el funcionario se apiadó y me dejaron pasar. Sonreí un breve segundo antes de que otra agente dijera: de todos modos el vuelo se atrasó. Así llegué hasta aquí.
(Me voy a tomar la foto para ponerla también)

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